Salud

Espectro autista: conoce sus características para detectarlo

El trastorno del espectro autista (TEA) es un trastorno cerebral con el que se nace. Afecta a la comunicación y a la interacción social y va acompañado de patrones de comportamiento e intereses restringidos y repetitivos.

Los niños con TEA tienen dificultades en el lenguaje corporal y el contacto visual, las interacciones sociales, las percepciones sensoriales, el comportamiento rígido además de poseer intereses intensos y poco habituales.

En los niños de 1 a 3 años, los padres pueden notar retrasos en el habla, el uso de pocos gestos (saludar, dar palmas, señalar), generalmente no responden cuando alguien los llama por su nombre, evitar el contacto visual, no comparten la diversión ni los intereses con otras personas, tienen formas inusuales de mover las manos, los dedos o el cuerpo entero.

Asimismo, permanecen centrados o unidos a objetos inusuales, tienen incapacidad para imitar o simular (o muy poca capacidad), sus intereses sensoriales son inusuales y practican rituales, tales como repetir algo una y otra vez o alinear objetos.

No hay dos personas con TEA que tengan los mismos signos y síntomas. Hay muchas cosas que pueden influir, como los retrasos en el lenguaje, los problemas de razonamiento y de aprendizaje y los desafíos en su forma de comportarse. Por este motivo, el autismo se describe como un “espectro.”

Diagnosticar los TEA en los niños tan pronto como sea posible es importante para asegurarse de que los niños reciban los servicios y apoyos que necesitan para alcanzar su máximo potencial. El proceso involucra varios pasos.

Las pruebas breves que se hacen con herramientas de detección no dan un diagnóstico, pero pueden indicar si el desarrollo del niño está en buen camino o si el niño debería ser evaluado más detenidamente por un especialista.

Esta evaluación formal es un análisis más profundo del desarrollo del niño y generalmente la realiza un pediatra especializado en desarrollo, un psicólogo infantil, un patólogo del habla y del lenguaje o un terapeuta ocupacional. Los resultados de la evaluación formal del desarrollo pueden indicar también si el niño necesita servicios de intervención temprana. En algunos casos, el especialista podría recomendar consejería y pruebas genéticas para el niño.