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Enfermedades transmitidas por el agua amenazan el sur de Brasil

Las enfermedades transmitidas por el agua son ahora un riesgo en el estado más meridional de Brasil, según las autoridades, a medida que los residentes comienzan a regresar a sus hogares inundados y a limpiar tras las catastróficas inundaciones que dejaron al menos 169 fallecidos.

Las lluvias que comenzaron a finales de abril causaron la crecida de varios ríos y lagos en el estado de Rio Grande do Sul hasta alcanzar niveles récord, y más de 580 mil personas se vieron obligadas a abandonar sus hogares por las inundaciones, según las autoridades estatales.

La leptospirosis, una enfermedad causada en gran parte por la presencia de orina de ratas infectadas en aguas estancadas, es actualmente la mayor preocupación de las autoridades sanitarias, dijo la directora del centro de vigilancia sanitaria del estado, Roberta Vanacor, que añadió que se había producido un aumento de los casos en las últimas semanas.

Desde que empezaron las lluvias, siete personas han muerto a causa de la enfermedad y otras 10 muertes las investigan porque podrían ser la causada. Según las autoridades sanitarias del estado, se han notificado más de 2.300 casos potenciales, de los cuales 141 han sido confirmados.

Enfermedades transmitidas por el agua

Para hacer frente a la gran demanda de atención médica, se han establecido cuatro hospitales de campaña en el estado, así como equipos móviles, que ya han asistido a miles de personas.

Según el Ministerio de Sanidad, las inundaciones han permitido que florezca la bacteria de la leptospirosis, facilitando los brotes de la enfermedad.

Y a medida que los residentes regresan a sus hogares, pueden encontrarse con un peligro adicional. «Serpientes, escorpiones y arañas, estos animales venenosos también buscarán refugio del agua de lluvia en lugares más secos», dijo Vanacor.

Las autoridades también advierten del daño mental que ha causado la destrucción.

«Hay una cierta fragilidad en este momento entre la población», dijo el teniente coronel Mauricio Specterow, que dirige un hospital de campaña en la capital del estado, Porto Alegre.

Una de esas personas que regresaban a sus hogares era Joyce Fauth Correa, que rompió a llorar al entrar en su casa del barrio de Navegantes, armada con guantes de goma y botas de agua.

Fuente: Reuters