Los tampones higiénicos son productos que se pueden utilizar durante el período, en lugar de las tradicionales toallas femeninas de algodón, que se adhieren a la ropa interior. Están hechos de algodón comprimido, en forma de tubo pequeño, para poder introducirlo dentro de la vagina. Una vez allí, absorben la sangre sin que se den cuenta. Esto es absolutamente inofensivo, aunque hay muchos mitos y temores relacionados a su uso.
El más común de todos: ¿Puedo usar tapón si soy virgen?
Por supuesto que sí. Aunque muchas personas todavía creen que el uso de los tampones puede hacer que la mujer pierda su virginidad, están en un error. Es un mito que se debe desterrar y vamos a aclarar por qué. Una persona es virgen cuando nunca ha tenido una relación sexual. No se deja de ser virgen porque uses o no un tampón. La confusión viene por lo siguiente: las mujeres vírgenes tienen una membrana muy delgada llamada himen que cubre parcialmente la entrada a la vagina, que es por donde sale la sangre durante la menstruación.
El himen es muy elástico, se estira con facilidad y puede permitir perfectamente la entrada de un tampón. Hay ocasiones en que el himen se rasga o se rompe en caso de que la mujer realice actividades muy bruscas, como montar a caballo, hacer gimnasia, etc. Eso tampoco implica la pérdida de la virginidad. La virginidad se pierde cuando la mujer tiene su primera penetración sexual, en la que el himen se rompe completamente. Así que, usar tampones no hará que la mujer pierda la virginidad. Tener relaciones sexuales, sí.
¡Seguro que me va a doler!
Es cuestión de práctica. Es posible que moleste un poco al insertarlo por primera vez, pero las molestias irán disminuyendo a medida que se acostumbren a hacerlo. Lo mismo ocurre al quitarlo, ya que su tamaño se habrá expandido y será más grueso. Si bien es cierto que colocar y quitar el tampón puede ser incomodo, sobre todo al principio, no debe generar dolor y con el tiempo se acostumbrará a la sensación. Una técnica recomendada para quitarlo es tirar del hilo de manera firme, sin prisa pero sin pausa, y siempre tratando de mantenerte relajada y tranquila.
¿Cual me conviene más?
Es necesario tener en cuenta que existen distintos modelos de tampones que buscan facilitar su colocación, de acuerdo a las preferencias de cada mujer: algunos incluyen un aplicador, otros tienen la punta más redondeada para quienes recién comienzan a usarlos y los hay de diferentes formas y tamaños. Si se está considerando usarlos, es importante leer atentamente las indicaciones en las cajas de los productos para elegir el más apropiado.
En este sentido, es recomendable que se comience con uno de los más delgados y de preferencia con aplicador de plástico que se desliza mejor y causará menos roce y molestias al colocarlo. Cuando ya se tenga práctica, se puede probar con otros más gruesos con aplicador de cartón. No se recomienda que los que vienen sin aplicador que requieren mucha más experiencia y que pueden contaminarse al estar en contacto con los dedos.
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