Las caídas en personas mayores son un problema común y serio que afecta a millones de personas alrededor del mundo. Sin embargo, un nuevo estudio ha descubierto un posible vínculo inquietante entre estas caídas y el riesgo de desarrollar demencia, una conexión que podría transformar la forma en que abordamos el cuidado de la salud en la tercera edad.
La investigación, publicada en JAMA Network Open en septiembre de 2024, revela que los adultos mayores que sufren caídas tienen un 20% más de probabilidades de ser diagnosticados con demencia dentro del primer año después de la lesión, en comparación con aquellos que se lesionan por otros motivos.
Este hallazgo sugiere que las caídas podrían ser un indicador temprano de deterioro cognitivo, lo que plantea una pregunta urgente: ¿podrían las caídas ser el primer síntoma de enfermedades como el Alzheimer?
El equipo de investigación, dirigido por Alexander Ordoobadi del Brigham and Women’s Hospital, analizó los datos de casi 2.5 millones de personas mayores de 65 años que sufrieron lesiones traumáticas entre 2014 y 2015. Estos datos fueron obtenidos a través del programa de Medicare en los Estados Unidos, excluyendo a aquellos pacientes que ya habían sido diagnosticados con demencia antes del accidente.
Al comparar los casos de personas que se cayeron con aquellos que se lesionaron por otros motivos, como accidentes automovilísticos, los investigadores encontraron una relación clara: las personas que habían experimentado una caída eran mucho más propensas a desarrollar demencia en el plazo de un año.
Este aumento en el riesgo, según los autores del estudio, podría estar relacionado con varios factores. Uno de ellos es que las personas con deterioro cognitivo leve —un precursor común de la demencia— suelen experimentar problemas de equilibrio y coordinación antes de que aparezcan los síntomas más evidentes de la enfermedad.
De hecho, estudios anteriores ya habían señalado que los trastornos cognitivos aumentan el riesgo de caídas. Pero la investigación de Ordoobadi va más allá al sugerir que las caídas podrían no solo ser una consecuencia, sino también una señal temprana del deterioro cognitivo que precede a un diagnóstico formal de demencia.
Tomado de muyinteresante
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