Dos madres en Perú les intercambiaron sus bebés recién nacidos en el hospital y 6 años después tuvieron que devolverlos

El 24 de diciembre de 2018 fue uno de los días más felices en la vida de Ruth Yovani Cieza y María Elita Chilcón Altamirano, publica BBC News.

Ese día, ambas dieron a luz a sendos niños en el Hospital General de Jaén, en Perú.

Era el mejor regalo de Navidad posible, pero la alegría se tornó en conmoción y amargura cuando unas pruebas de ADN revelaron años después que en el hospital le habían entregado a cada una el hijo de la otra.

El pasado 25 de marzo, una sentencia judicial resolvió que los menores, que ya han cumplido los 6 años, debían regresar con sus madres biológicas.

Solo unos días después, ambas intercambiaron a los niños, una experiencia que está resultando traumática.

Dos madres en Perú

«Mi hijo no quería irse y el otro niño quiere volver con su mamita», le dijo a BBC Mundo María Elita.

«Mi niño lloraba», corrobora Ruth. «Te tienes que ir con tu mamita verdadera, pero yo nunca te voy a desamparar», le decía.

Ruth dice que ambas mujeres asumen ahora que tienen «dos hijos con dos mamás». Foto cortesía: BBC News Mundo

Pese a que la sentencia estableció que se les debe prestar la ayuda de especialistas porque «los menores han desarrollado lazos afectivos con familias que no eran las suyas biológicas», las madres denuncian que no están recibiendo apoyo psicológico ni económico y reclaman al hospital que se haga responsable por un error que ha cambiado sus vidas y amenaza con dejar secuelas irreparables en sus hijos.

En conversación con BBC Mundo, la directora del hospital, Diana Bolívar, calificó de «muy lamentable» lo ocurrido y afirmó que cuando se produjeron los hechos el hospital tenía «muchas carencias a nivel presupuestal» y «no contaba con sistemas adecuados de identificación».

Aseguró que el hospital está dispuesto a prestar apoyo especializado a las familias y aceptará las reparaciones que establezcan los tribunales.

Las familias han planteado una demanda en busca de una indemnización, pero el proceso judicial puede acarrear costes fuera de su alcance y prolongar su sufrimiento.

Hasta que llegue la justicia que reclaman, han decidido apostar por el apoyo y la solidaridad mutuas.

Ruth Yovani asegura que ambas se han comprometido a acoger a sus hijos sin perder el vínculo con los que pensaban que lo eran: «Ahora tenemos dos hijos y ellos tienen dos madres», afirma.

Dos bebés como los demás

Ambas mujeres abandonaron el Hospital General de Jaén, una instalación pública, con los que creían que eran sus bebés en brazos.

Según cuenta María Elita, planteó sus dudas sobre la identidad del bebé que le habían entregado pero el personal del hospital reafirmó que se trataba de su hijo.

Ya con el niño, regresó a su casa en una aislada comunidad en Chirinos, en la selva peruana. Allí empezó a criar a su primer y único hijo con los modestos recursos que le daba su chacra, pero con todo el amor de una madre primeriza.

«A medida que el niño crecía, la familia de mi marido preguntaba a veces por qué no era colorado como ellos, pero nosotros estábamos convencidos de que era nuestro hijo», cuenta.

En la ciudad de Jaén, Ruth Yovani se esmeraba en que el otro niño creciera sano y feliz, también convencida de que era el suyo.

Todo cambió cuando decidió plantear una demanda por alimentos contra su pareja de entonces, de la que se había separado, para que cumpliera con su obligación de contribuir a la manutención del menor.

«Él exigió hacer una prueba de paternidad», recuerda Ruth.

Los análisis revelaron que el niño no era de él… pero tampoco de ella.

Incrédula, encargó un segundo test que arrojó el mismo resultado.

María Elita y su marido, Jorge Luis Vásquez, criaban a su pequeño en el campo de Chirinos ajenos a todo esto.

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