El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, supervisó este jueves la incautación de un segundo avión perteneciente al gobierno de Venezuela que se encontraba retenido en República Dominicana, retomando una línea dura tras el acercamiento diplomático Washington-Caracas, informó AFP.
Se trata del segundo avión incautado por Estados Unidos a Venezuela en menos de un año, pero el primer gesto de mano dura de la administración de Donald Trump, que en un primer periodo fijó una batería de sanciones contra Venezuela, incluido un embargo petrolero.
Rubio, un radical oponente de mandatarios venezolano, fue testigo de la confiscación del avión al final de su primera gira como secretario de Estado, que lo llevó a cinco países de América Latina.
Estados Unidos confisca un avión
En presencia de Rubio, un fiscal dominicano y un representante de las fuerzas del orden de Estados Unidos pegaron un cartel que decía «incautado» en el avión Dassault Falcon 200 de bandera venezolana que se encontraba en la pista de aterrizaje militar de Santo Domingo.
La incautación «es marketing político estadunidense», afirmó una fuente diplomática en Caracas bajo condición de anonimato, recordando que este avión estaba retenido desde el año pasado después de que autoridades estadunidenses dijeran que había violado las sanciones de Estados Unidos contra Venezuela.
Según el Departamento de Estado, funcionarios de Venezuela utilizaron esa aeronave para volar a Grecia, Turquía, Rusia, Nicaragua y Cuba, y la habían llevado a República Dominicana para mantenimiento.
De acuerdo con el gobierno estadunidense, el aparato igualmente lo utilizaron en 2019 por el entonces ministro de Petróleo, Manuel Quevedo, para asistir a una reunión de la OPEP en Emiratos Árabes Unidos.
Primer decomiso
En septiembre del año pasado, durante la administración del expresidente Joe Biden, otro avión oficial de Venezuela, modelo Dassault Falcon 900EX, lo onfiscaron en República Dominicana y lo trasladaron al estado de Florida.
Las autoridades estadunidenses afirmaron para ese entonces que lo compraron «ilegalmente» por 13 millones de dólares mediante una empresa fantasma y sacado de contrabando para uso de Maduro y sus aliados.
Lea más en www.msn.com