El Reloj de Güigüe llegó a Venezuela de la mano del presidente Antonio Guzmán Blanco. Creado por artesanos españoles a mediados del siglo XIX. Además de que daba la hora, también tiene un termómetro, un barómetro y una artística veleta en la parte superior. Una gran cantidad de relojeros han pasado desde aquellos tiempos hasta hace unos años.
Dicen que luego de Guzmán Blanco, Juan Vicente Gómez utilizaba el mismo para medir el tiempo. Curiosamente al momento de morir el General el reloj se detuvo.
La historia comienza cuando el reloj cambia de dueño. Cuentan que el general Juan Vicente Gómez, poco antes de su muerte a sabiendas de que sus bienes pasarían a otras manos, maldijo el reloj.
El misterio del reloj de Güigüe
El reloj fue traslado hasta el pueblo totalmente descompuesto. Puesto que anteriormente se ubicaba en el patio central de la Hacienda El Trompillo. Actualmente estar ubicado en la plaza Ávila de Guigue, junto a la iglesia. Fue reparado y marcaba las horas parroquiales del pueblo, hasta que un día se detuvo nuevamente. En la hora de muerte del antiguo mandatario. Muchos dicen que quien lo reparo falleció a los pocos días.
Tiempo después un hombre Italiano, fue operario de dicho reloj y cuando por fin logro repararlo volvió su tierra natal, se cuenta que el mismo día de su llegada murió. Para terminar de convencerse de que el reloj tiene una maldición lo intento reparar Andrés Mijares, quien había sido muy amigo del italiano. Para rendir homenaje a su memoria decidió repararlo, logrando que el reloj anduviera pero esta vez solo por 24 horas, cuando volvió a detenerse para marcar la hora de su muerte.
Nadie se atrevía a tocarlo, después de muchos años un relojero se ofreció para arreglarlo y después de un poco de dificultad logro ponerlo en marcha por unas semanas antes de detenerse abruptamente, a la misma hora en que este relojero perdió a vida en una ciudad cercana.
Desde entonces se corrió la Leyenda en toda la región central de Venezuela, de que aquel que repara “El Reloj de Güigüe”, que prepare el testamento porque le quedan pocas horas de vida.