La artritis es la hinchazón y la sensibilidad de una o más de las articulaciones. Los principales síntomas son dolor y rigidez de las articulaciones, que suelen empeorar con la edad. Los tipos más frecuentes son la artrosis y la artritis reumatoide.
Los cristales de ácido úrico, que se forman cuando hay demasiado ácido úrico en la sangre, pueden causar gota. Las infecciones o enfermedades subyacentes, como la psoriasis o el lupus, pueden causar otros tipos de artritis.
Los tratamientos varían según el tipo de artritis. Los principales objetivos de los tratamientos contra la artritis son reducir los síntomas y mejorar la calidad de vida.
Artrosis
El tipo más común de artritis, la artrosis, consiste en el daño por desgaste del cartílago de la articulación (la capa dura y resbaladiza en los extremos de los huesos donde se forman las articulaciones).
El cartílago amortigua los extremos de los huesos y permite un movimiento articular casi sin fricción, pero un daño suficiente puede provocar que el hueso se muela directamente sobre el hueso, lo que causa dolor y restricción de movimiento. Este desgaste natural puede ocurrir a lo largo de muchos años o puede acelerarse debido a una lesión o infección de las articulaciones.
La artrosis también causa cambios en los huesos y deterioro de los tejidos conectivos que unen el músculo al hueso y mantienen unida la articulación. Si el cartílago de una articulación está gravemente dañado, el revestimiento de la articulación puede inflamarse e hincharse.
Artritis reumatoide
En la artritis reumatoide, el sistema inmunitario del cuerpo ataca el revestimiento de la cápsula de las articulaciones, que consiste en una membrana dura que encierra todas las partes de las articulaciones. Este revestimiento (membrana sinovial) se inflama y se hincha.
El proceso de la enfermedad puede finalmente destruir el cartílago y el hueso dentro de la articulación.
¿Cómo se trata la artritis?
El tratamiento para la artritis depende del tipo, la severidad y la ubicación del trastorno. Los tratamientos más usados incluyen:
- Medicamentos: los medicamentos disponibles de venta libre o bajo receta pueden reducir la inflamación y el dolor.
- Terapia: la fisioterapia y el ejercicio pueden mejorar el rango de movimiento y flexibilidad mejorando la fortaleza ósea y muscular. Otras opciones incluyen terapia con masajes, terapia con agua o aparatos ortopédicos.
- Cirugía: la cirugía de reemplazo de la articulación (artroplastia) o la cirugía de fusión articular podrían ser las mejores opciones de tratamiento para algunos pacientes.