El FC Barcelona ha logrado este martes un anhelado pase a las semifinales de la Liga de Campeones, penúltima ronda de un torneo que los ‘culers’ no pisaban desde 2019 durante la dolorosa eliminación en Anfield y a la que ahora llegan tras un periplo de más malas experiencias, que incluye dos eliminaciones en la fase de grupos.
Todavía está lejos el Barça de poder recuperar el prestigio europeo que se ganó en las épocas de Pep Guardiola o de Luis Enrique Martínez, pero su victoria en el tanteo global de los cuartos de final contra el Borussia Dortmund, que todavía es el vigente subcampeón, mete al cuadro blaugrana en unas semifinales muy celebradas en Barcelona.
Por estilo de juego, con unos brotes de calidad que cada vez afloran más, también por cohesión en el grupo de jugadores y cuerpo técnico y la unión con una afición de nuevo ilusionada, este Barça parece ir por el buen camino.
Sigue vivo en la Copa del Rey, ya en la final contra el Real Madrid, y lidera LaLiga EA Sports, pero es en la ‘Champions League’ donde los sueños están depositados.
Desde 2015, en Berlín, el Barça no es capaz de ganar una ‘Champions’ que había ganado previamente en 2009 y 2011.
Pero ese pensar que se optaba a ella casi cada año, se ganara o no, se esfumó en 2016, cuando la defensa del título terminó de forma precipitada en cuartos de final, en una encrucijada española contra el Atlético de Madrid.
Y después de tres derrotas seguidas en cuartos, llegó la temporada 2018/19 y el equipo entrenado entonces por Ernesto Valverde se plantó en ‘semis’ para, contra el Liverpool, ganar 3-0 en el Camp Nou y encarrilar bastante otra alegría.
El Barça vuelve a semifinales
Además, el equipo venía de encajar una dura eliminación el año anterior a manos de la AS Roma, tras caer en la vuelta en el Olímpico por 3-0 y malgastar el 4-1 de la ida en Barcelona.
Pero no aprendió de ese error un Barça que, con una acción infantil al no defender un córner que el Liverpool sacó rápido con ingenio, vio cómo los ‘reds’ de Jürgen Klopp les barrían de Anfield (4-0).
Fue la hecatombe para el Barça de los Leo Messi, Luis Suárez, Sergio Busquets, Arturo Vidal, Coutinho y compañía. Fue la constatación de que el Barça ya no era aquel equipo capaz de maravillar y ganar a cualquiera.
Así que ese tropiezo, propiciado en parte por un clamoroso error de Ousmane Dembélé a puerta casi vacía a pase de Messi en el 3-0 de la ida que bien pudo ser un 4-0, dio pie a unos años esperpénticos, de más sombras que luces.
Y con derrotas abultadas de las que todavía hoy día hacen daño en el aficionado ‘culer’, como el 2-8 en tiempos de COVID-19 contra el Bayern de Múnich que entrenaba entonces el ahora técnico blaugrana Hansi Flick.
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